domingo, 7 de septiembre de 2014

La Muerte del Cisne - Saint Saenz - Ballet - (2004)

La Muerte del Cisne (Saint Saenz) Ballet

(1835-1921) Compositor francés, n. en París y m. en Argel. Desde muy niño demostró tal sensibilidad para la música que dio su primer concierto de piano a los 10 años y empezó a componer mucho antes de su ingreso en el Conservatorio de París, donde estudió órgano con Bénoist y composición con Halévy. 

   Fue organista de Saint-Merry  profesor de piano y de música religiosa en la Escuela Niedermeyer (1861-65) y cofundador de la Sociedad Nacional de Música (1871), creada con el afán de independizar a la música francesa de las influencias italianas y alemanas e infundir un idioma musical típicamente francés en la composición sinfónica. 


   
Ana Pavlova

El tren de Cannes a París se había detenido a causa de un accidente. Pavlova había salido del vagón para ver lo que sucedía. Se dice que fue aquí donde atrapó un fuerte resfriado que posteriormente le causaría la muerte. Ella le restó importancia al asunto. «Una gripe a cualquiera le da» -diría. 

En París trabajó en un estudio sin calefacción. Su resfriado y malestar seguían, pero Pavlova nuevamente le restó importancia. Lo que sí, es que en París, dijo sentirse fatigada. Durante el viaje sintiose peor; y, al llegar a La Haya tuvo que acostarse. Así fue como la encontró su marido. 

Los médicos diagnosticaron pleuresía en el pulmón izquierdo. A pesar de todo esto, Ana no se resignó a quedarse en cama. Preocupada por la temporada que iba a empezar, daba instrucciones a todos sus ayudantes. Sin embargo, el malestar seguía. La infección había invadido el pulmón derecho y el corazón empezaba a debilitarse. 

Las últimas palabras 

La noche del 23 de enero, Ana se sumió en la inconsciencia; pero, al filo de la media noche, abrió los ojos, llamó a su camarera, quien se le acercó de inmediato inclinándose sobre ella. Entonces Pavlova le dijo: «Prepara mi vestido de cisne». Fueron estas sus últimas palabras. Media hora después, Ana Pavlova había muerto. 

Dos días después de su muerte se celebró en Londres una función de ballet. Después del primer número, el maestro se volvió al público y anunció: «Y ahora la orquesta interpretará La muerte del cisne en memoria de Ana Pavlova». Levantose el telón y apareció en el escenario obscuro y vacío un solo reflector. Nadie estaba ahí, pero todos recordaban a esta gran bailarina rusa que había sido Ana Pavlova

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