Cuando escuche por primera vez este tema y desee imperiosamente la partitura, únicamente me vino a la memoria una persona, mi hermana.
"...dulce voz, ven a mi... los recuerdos me envuelven..."
Puedo decir que como extraída de un cuento, ella es esa princesa, nada ostentosa, llena de inusual bondad en el mundo que vivimos, de una elegancia interior aplastante y un admirable saber estar. Como un imán de paz, estar a su lado es saborear la calma. Si la necesitas la encuentras y sino la precisas de una forma u otra siempre percibes su presencia.
"...lejos fue, tiempo atrás, poco a poco se pierde....lo que ame de verdad, mas conservó en mi mente..."
De los momentos menos agradables que nos ha deparado la vida, me queda constancia que sin su presencia, hubiesen sido intragables. Siempre gracias.
Pero como en todos los cuentos, leyendas, historias reales, siempre existirá un "Rasputin", que movido por los hilos de sabe dios que elemento, desea exterminar a la familia que le había otorgado toda su confianza.
Son esos acordes iniciales, penetrando en esas lagunas aparentemente en blanco de la memoria, (en las que Anastasia se debatía intentando capturar recuerdos del pasado), los que al final dan paso a ese triunfal vals inmemorial.
Esta vez puedo ver,
los recuerdos me envuelven,
la canción que escuché,
una vez en Diciembre.
Me adoraban con fervor,
cómo extraño sentir amor,
¿quién gozaba al bailar,
un vals inmemorial?
Me adoraban con fervor,
cómo extraño sentir amor,
¿quién gozaba al bailar,
un vals inmemorial?
Lejos fue,
tiempo atrás,
poco a poco se pierde,
lo que amé,
de verdad,
mas conservo en mi mente,
la canción que escuché,
una vez en Diciembre.
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